martes, 8 de junio de 2010

Salamanca

NOTA

[...] “Lugar subterráneo, generalmente una cueva en sitio inaccesible donde se reunen las brujas y se inician a los adeptos en las artes oscuras o conocimientos y destrezas específicos.”

[...] “La leyenda tiene varias acepciones relacionadas con vocablos regionales y también algunos autores opinan que se vincula a los conocimientos impartidos en la universidad de Salamanca. Por otro lado encontramos que las reuniones brujeriles que podían ser llamadas Esbat o Sabbat. En el segundo de los casos, se reservan para días especiales, como la Noche de Difuntos o la de San Juan, y los lugares elegidos para los grandes Akelarres solían ser o los prados situados sobre las cimas de las montañas, o las inmensas cuevas bajo ellas. Quizá esto se vincule a sitios destinados a ritos muy antiguos.
En España existen varias cuevas muy conocidas. En Navarra, la de Zugarramurdi; La de As Guixas, situada en Villanúa de Jaca, se abre al lado de un dolmen. La Cueva del Fenollal en Asturias, las de Amboto, Ulizar y Mañaria en Euskadi; la cueva de Alli en Navarra; las cuevas de Chaves y Solencio en Aragón; la de Collbató en Cataluña; las cuevas de Tentiniguada en las Islas Canarias.”



Nota

Diversos orígenes se le adjudican al término Salamanca. Uno de ellos se supone que proviene del quéchua Salla Manca o piedra abajo lo que se relaciona con la cueva. Otro parece venir desde España y la Universidad de Salamanca donde existe un túnel con una cripta donde no solo, se dice, se reunían los estudiantes para mejorar en sus saberes a través de rituales ocultos sino que además fué el sitio donde se dió origen a la órden jesuítica.
 Ahora bien en cuanto a la Salamanca de nuestro estudio; resulta a las claras un término que se utiliza de forma despectiva a un sitio donde se aprende "otro tipo de saber" con lo cual podemos suponer que esta denominación nace desde una mirada que desvaloriza este conocimiento popular que se extiende a lo largo de Argentina, Bolivia, Perú y Chile.
  O sea que se trata de una palabra acuñada por el foráneo que nace del desprecio a lo autóctono o a la religiosidad aborigen, generando un juicio que desprecia y minimiza este sitio de enseñanza ancestral.
  Quien ha estado allí cuenta que los pasos de los rituales de iniciación son llevados a cabo de manera idéntica desde hace cientos de años. Que estos pueden hasta resultar absurdos para el hombre moderno pero indispensables para el culto.

Provincia de Tucumán. El tesoro y la Salamanca

“(…) Hay en Arcadia una colina; desde ella se ve a la montaña con una limpidez, con una claridad que sólo posee la cosa cuando se la tiene en la mano y se la mira de cerca. Y dicen que allí, desde la colina al Oeste, muy al Oeste, para los lugares que denominan “La Falda, La Manga, Pacará Chato” hay una laguna de aguas azul-celeste, de una limpidez tan maravillosa que, desde la distancia, se “ven los coletazos de los peces que viven en ella”. Pero la tal laguna desaparece cuando se intenta aproximar a sus aguas. Se las denomina “La laguna del Tesoro” y, arrastrándose hasta llegar a ella, “casi al dar las doce”, todos los días se llega un anciano a tomar agua. Extendido sobre la arena - que la hay y mucha - bebe y bebe incansablemente y no parece saciar nunca su sed. Jamás se han podido hallar las huellas de las pisadas del misterioso viejecito y, si esto fuera poco, en los atardeceres, en la hora misma en que el sol parece irse a refugiar en las profundidades de la tierra, aparece una mujer envuelta en una túnica blanca, de cabellera extremadamente larga que luce sobre su cutis de albura inmaculada. Y hablan también de un toro que sale de las aguas arrastrando una cadena de gruesos eslabones, que sacude su cuerpo y se pierde en el monte inmediato, también sin dejar rastro de su paso. El toro es negro y si alguien pretende tocar los eslabones de su cadena, se hunde para siempre en el misterio de esas aguas encantadas.
El lugar donde busca refugio el animal se denomina “Monte de las Rosas” y del mismo se dice que allí queda “La Salamanca del Diablo”, donde entre música y orgías, los hombres se extravían sin saber por que. Queda cerca de “La Falda”; rosas silvestres hacen impenetrable el lugar y las más extrañas leyendas se expande con el perfume de esas flores. Cuentan que hace muchos años (¿quién sabe cuantos?), un piquete de soldados dispersos pertenecientes a una unidad vencida se extravió en el lugar. Desde entonces, casi cuando es “la oración cerrada” se oyen parloteos, ruidos de ramas, hachar de leña que se atribuye siempre a tales soldados que, desde la distancia se los ve entrar y perderse en las aguas de otras lagunas que al decir de las gentes se comunican con la “Laguna del Tesoro”
Es ésta también de aguas cristalinas que permiten ver su fondo pero en ella se agitan las ondas en remolinos tan tremendos que quienes han pretendido llegar hasta ella, fueron absorbidos y tragados para siempre. Por algo son “Los remolinos del Diablo” que junto con todo lo expuesto, configuran otras formas de los mitos del agua en nuestra maravillosa tierra.”

Dónde
Provincia de Tucumán / Dpto. Chicligasta / Arcadia.

Cómo
Desde S. M. de Tucumán por la RN38 a Arcadia.

Bibliografia
Rosemberg, Tobías. / El alma de la montaña. Ed.Raigal. Bs.As. (1953).

Leyendas Vinculadas

Tucumán / Laguna del Tesoro
Salamanca

Referencias mitológicas

Toro Astas de Oro
Sirena
Zupai

lunes, 10 de mayo de 2010

El diluvio: Cai Cai / Tren Tren

Cai Cai, Can Can, Kai Kai o Caicaifulú;
Ser mitológico araucano, causante del diluvio universal. Se lo describe como un animal híbrido, mitad caballo y mitad culebra, que vive en el fondo del mar y agita las aguas, por lo que se le atribuye toda gran inundación. Relincha como un caballo. Hay versiones que niegan su mitad equina, y que su grito sea un relincho.” [1]

“...dicen que hubo una gran inundación. Enorme lagarto salió del centro de la tierra y gritó: Cai Cai! La tierra se agrietó por muchas partes. Gruesos borbollones brotaron de esas grietas y llenaron de agua los campos. La gente se refugió en una altura llamada Tren Tren. (...) En la costa de Arauco [Chile] hemos oído la relación de esta fábula modificada en alguno de sus detalles. El agua no provino del centro de la tierra: fue una salida de mar. Precedió a su irrupción un animal que surgiendo de él gritaba hupe! hupe! Cuando se retiraron las aguas, el animal se fue mar adentro gritando cai! cai! Era un monstruo con cuernos sin forma determinada, del color de las aguas, y fue visto de costado en medio del oleaje. (...).” [2]

El kaikai es una serpiente mítica, que habita en la cumbre de ciertos cerros altos llamados tren-tren. En éstos, que tiene la propiedad de elevar su cima a medida que las aguas del mar o de una inundación extraordinaria levantan su nivel, han servido en épocas lejendarias de refujio a los hombres (…).” [3]

Una historia tomada del pueblo araucano, del folklore de Chile, dice lo siguiente: “Nahuel Huinca era joven todavía en el tiempo del terremoto.
Cuatro adivinos llamados Maripil, Pumar, Ruquil i Paillal, anunciaron un temblor a los caciques. Iba a durar seis días. Dijeron que de una laguna iba a salir un caicai que se iba a juntar con el llunllun [4] (animal en forma de gato). Si se juntaban acabaría el mundo.
Entonces los caciques hicieron un ngillatun en Puaucho a la orilla de la laguna, de donde saldría el caicai. Mataron muchas borregas negras i a un mapuche llamado Antio lo mataron con lanza i le dijeron que no dejara pasar al caicai. Su cuerpo lo echaron al mar los adivinos.
Al cuarto día del temblor sintieron como un remolino de viento fuera de la laguna, de donde había salido: era el caicai. Le tiraron el lazo i lo atajaron entre todos con lanza i lo hicieron volver a la laguna. No tembló mas.” [5]

Tren Tren, Trentren, Ten Ten, Treu Treu o Treng Treng;
Serpiente mitológica araucana que vive en los cerros o montañas altas. En su pelea con la serpiente Cai Cai se produce un inmenso cataclismo que se vincula al diluvio.
Los pueblos mapuche y araucano denominan a algunos cerros de esta manera.

Serpiente mítica araucana que simboliza la tierra seca o sólida. Mortal enemiga de Cay Cay Filú [Kai Kai Filu] [nota], con el que luchó denodadamente para impedir la extinción del género humano. Cay Cay Filú hacía crecer con su diluvio el nivel de las aguas, y Tren-tren elevaba las montañas para que los hombres no se ahogaran. Muchos de éstos se transformaron en peces antes de perecer, fundando las especies que existen en la actualidad, razón por la cual los araucanos de la costa Chilena se resisten a comer estos animales. Los que se salvaron en las altas montañas se acercaron tanto al sol que su piel se hizo cobriza, del tono que tiene hoy. Según otras fuentes, solo una pareja pudo salvar Tren-tren del mencionado diluvio.” [6]

Esta leyenda evidentemente nos llega del folklore araucano. O.Plath sitúa el cerro Tren Tren en; “… se levanta entre Doñihue y Lo Miranda, de cima blanca y de flancos azules, fue refugio hace miles de años de una gran lluvia. Unos se subieron a1 cerro para salvarse de las aguas. Después de varios días de súplica, vino desde los Andes un pájaro de alas blancas que de un picotazo abrió un cráter en el cerro y allí quedó junto a ellos.
La cima blanca del cerro son las alas del ave divina que protege a los pobladores.” [7]

[1] Colombres, A. / Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina. Ed. Del Sol. Bs.As. (1986)
[2] Casamiquela, R. / Estudio del nillatún y la religión araucana. Ed.Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca (1964)
[3] Guevara, T. / Folklore araucano. Imp.Cervantes. Sgo.de Chile. (1911).
[4] Llunllun o Llul-Llul / Mito de los mapuche en Chile. “…cuerpo de gato con larga cola, es un habitante del agua, en particular del mar. El culto del mar estuvo tan desarrollado en el animismo remoto, que hasta tiempos recientes se han conservado en las agrupaciones del litoral tradiciones orales, en las que consta que se arrojaban a él ofrendas y hasta víctimas humanas. (…) tiene el poder de producir el ruido del mar. Llamado “dueño del mar” i creen que al audaz que se atreve a pescarlo, las aguas que los persiguen los arrastran a sus abismos.” En Guevara, T. / Folklore araucano. Op.Cit.
[5] Guevara, T. / Folklore araucano. Imp.Cervantes. Sgo. de Chile. (1911)
[6] Colombres, A. / Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina. Ed.Del Sol. Bs.As. (1986).
[7] Plath, O. / Geografía del Mito y la Leyenda Chilenos. Ed.Nascimento. Santiago de Chile (1983).

Provincia de Río Negro / El Diluvio


Cronau Rudolph (1892)
Chimpay
Antes la tierra era toda agua y los pobres indios tuvieron que refugiarse en las montañas para no morir de hambre.
Llovía siempre con fuerza y era de noche.
Y también en las montañas se refugiaron los avestruces, los peludos y los guanacos y así tuvo el indio de que alimentarse.
Y como los indios tenían que pasar de un cerro a otro para buscar leña y el aire era negro, pidieron al sol que les alumbrara el camino durante la noche para no ahogarse en las lagunas que habían formado las lluvias (y que impidiera que los espíritus de los muertos malos entraran en el corral de los muertos).
Y el sol mandó a su mujer la luna, que se fuera a los cielos y desde allí alumbrara a los indios de la tierra, e impidiera que los espíritus de los muertos malos entraran en el corral de los muertos.
Y como la luna se puso en camino durante la lluvia llevando el fuego en sus manos, éste se enfrió en el camino y por eso la luna alumbra con luz fría y no tiene calor.
Y así los espíritus malos no pudieron entrar nunca en el corral de los muertos y quedaron errando en el aire.
Y cuando las aguas bajaron, los indios se fueron a vivir en los campos donde hay pastizales y donde viven los avestruces y los guanacos
. (...).”

Dónde
Provincia de Río Negro / Choele Choel / Chimpay.


Cómo
Desde Viedma por la RN250 hasta Choele Choel. Por la RN22 a Chimpay.


Leyendas vinculadas:
Que hablan sobre el Diluvio

Neuquén / Cordillera del Viento.
Neuquén / Lago Lácar
Chubut / Futaleufú

Referencias mitológicas.
Kai Kai
Tren Tren

Sol
Luna

BibliografíaLehmann-Nitsche, R. / El diluvio según los araucanos de la Pampa. Rev.Museo de La Plata. Tomo XXIV. Bs.As. (1919)

Toponimo
Chimpay o Chipai / en voz mapuche: Salida.

jueves, 8 de abril de 2010

Provincia de Tierra del Fuego / La formación del estrecho.

Manet A. (1683)




Formación del estrecho


Isla Grande [Onaisin o Karukincá]

Leyenda

“(…) En los tiempos antiguos vivía una mujer muy poderosa, que se llamaba Taíta. Habitaba en Lagunaix. Tenía mucha influencia y dominaba sobre toda la región. Pero era de una gran bajeza de espíritu y profundamente egoísta. A nadie le daba para tomar un sorbo de agua. La gente carecía desde hacía tiempo de agua y estaba muy sedienta. Pero aquello odiosa mujer había tapado con pieles todos los estanques, pozos, lagunas y lagos. Nadie debía alcanzar el agua. Mucha gente ya se había acercado hasta aquí. Pero nadie podía alcanzar el agua, pues aquella mujer vigilaba atentamente. (...)
De un salto, Táiyin se levantó de su lecho. Cuando salió de la choza, vio a toda esa gente allí atormentada por la sed y el hambre. Cuando el pueblo lo vio todos se pusieron muy contentos Se susurraban unos a otros al oído: “¡Táiyin, Táiyin, Táiyin!” Se le acercaron lo más posible para verlo mejor. Pero todo eso lo hicieron con mucho cuidado, de lo contrario aquella mujer lo hubiera descubierto. (...)
Táiyin manejaba con mucha precisión su honda. Tenía una gran fuerza; cuando arrojaba una piedra, ésta siempre golpeaba con gran estruendo. (...) Cuando Táita al fin asomó la cabeza de la choza, Táiyin arrojó una gran piedra contra ella. Ésta dio muy bien en el blanco: ¡Le arrancó la cabeza! ¡La sangre saltó y se esparció por todas partes! Ahora, aquella pérfida mujer estaba muerta.
Rápidamente, toda la gente se acercó corriendo. Querían extraer agua, porque estaban muy sedientos. Pero todos los estanques, charcos y lagos contenían algo de sangre. La sangre de Táita había salpicado hacia todas partes. ¡Agua así no querían tomar!.... ¿Pero cómo se podían limpiar todos los lagos y ríos y extraer de ellos toda la sangre? La gente miró a Táiyin, todos esperaban ayuda de él. Pero éste sacó el agua sucia y la arrojó lejos hacia el norte, allá donde termina la Isla Grande. En aquel lugar el agua es, todavía hoy, como la sangre.
(...) Táiyin dejó pronto de arrojar en todas direcciones el agua sucia de este lugar. En cambio, tomó piedras. Con su honda las arrojó en todas direcciones. Allí donde las piedras caían, se producía en la tierra una rajadura que se llenaba inmediatamente de agua. Táiyin no permitió que nadie le dijera nada acerca de esto; ¡arrojaba las piedras hacia donde le venía en gana!. Hacia el norte arrojó un gran bloque de piedra: de inmediato se formó una larga rajadura y la Isla Grande quedó separada de la tierra existente detrás. (...).”

Dónde
Provincia de Tierra del Fuego / Isla Grande de Tierra del Fuego.

Nota.
Karukincá o Tkoyunská / en voz selknam; Tierra de la extremidad Sur. en Beauvoir, J. M. / Diccionario Selknam. Ed. Zaguier & Urruty. Ushuaia. (1998).

Lagunaix en el Sur del departamento de Bahía Thetis.


Bibliografía
- Gusinde, M. / Los Indios de Tierra del Fuego. . Ed.Centro Argentino de Etnología Americana. Bs.As. (1990).
- Beauvoir, J. M. / Diccionario Selknam. Ed. Zaguier & Urruty. Ushuaia. (1998).

Leyendas Vinculadas


Referencias mitológicas
Táiyin

miércoles, 7 de abril de 2010





Cartografía Mítica del Territorio Argentino
Aeropuertos Argentina 2000
Buenos Aires - 2009

viernes, 26 de marzo de 2010

Provincia de Chubut - La cueva del gigante

Milodón





La cueva del gigante

Provincia de Chubut
Colonia Sarmiento


Cueva Sarasola

Leyenda

No siempre tiene la pampa,
por atalaya un ombú,
hay pasto que bajo el suelo,
tiene un palacio sin luz.

Con este nombre es conocida por los pobladores más próximos, una curiosa obra de la naturaleza descubierta por el indígena José Payalef, hacen ocho años. Está situada en Territorio del Chubut entre la Estación Colonia Sarmiento (punto terminal del F. C. de Comodoro Rivadavia) y el valle del río Senguer (Ensanche Colonia Sarmiento) distante 20 leguas de dicha Estación, campo de propiedad de Tomás Sarasola, en terreno casi plano, donde hay una que otra aglomeración de piedras, no siendo la mas alta, mayor de tres metros.

Cuentan varios de los que han pasado de noche a distancia perceptible, que han visto entrar unas veces, y salir otras, una enorme luz en forma de remolino, en la parte de la entrada al subsuelo, que tiene esta depresión interior del terreno. Al lado de una colina de piedras, no mas larga de ochenta metros por dos o tres de alto, forma la entrada una abertura que tiene tres metros por dos y medio, en forma casi oval; los primeros cinco metros para el interior son de fácil acceso y de iguales dimensiones que la entrada, pero después de franqueados hay un paso difícil a la derecha que hace bajar quince metros; aquí se ensancha bruscamente y forma una enorme bóveda en la que están incrustadas piedras de gran tamaño que parece se sostienen por arte de magia.

El suelo de este recinto está compuesto de una tierra calcinada igual al portland, la cual tiene idénticas propiedades que éste y es usado para los mismos fines, por los vecinos. Hacia el fondo se angosta, dejando a la izquierda un paso horizontal de 12 metros, al término del cual y con trabajo, se baja 70 metros, hallándose allí un espacio en que pueden caber mil personas; el suelo de esta sección está erizado de piedras con cantos afilados y tienen al fondo una garganta de 50 metros por dos de alto, con un declive al interior de la tierra, en el cual fácil seguir si no impusiera terror la poca adherencia de las rocas y guijarros, que al rodar al abismo, dan la impresión de que no tiene fondo, sintiéndose desde este punto, el lejano ruido de una catarata de agua.

Cuentan los pocos que han entrado hasta esa profundidad, hombres de valor reconocido, que se siente una sensación de miedo no presentida, al extremo que algunos han temido no alcanzar a salir. Nadie ha querido entrar por segunda vez y hubo uno que después de tres horas de haber entrado necesitó se fuera por él; se le encontró lívido y herido por las aristas de las rocas, al caer y tropezar. En la desesperación por salir, desorientado, había perdido la sensación del dolor, y cuando recobró sus facultades, dijo que no entraría otra vez ni por todo el oro del mundo.

Tiene de particular esta caverna, que la luz de una vela no se apaga en su interior y que la respiración de los que entran, no se altera lo que prueba que hay aire oxigenado aunque no se le conoce más que una entrada.

Cuentan los indios viejos que algunos de sus padres conocieron un enorme gigante de cuatro metros de alto y grueso como un buey, a quien se le ignoraba residencia, pero que vieron muchas veces en los campos inmediatos a la cueva. Hoy creen, sin duda alguna, que aquel gigante vivió en esta caverna, a la que por casualidad no habían ellos descubierto, pues el campo por donde está es escaso de pasto y falto de agua, por cuyo motivo ni los animales andaban en el
.” / Fuente. Bernardo K. (1)

(1) Encuesta Nacional de Folklore. Ministerio de Educación. (1921).
El relato proviene de la Provincia de Entre Ríos. El apellido del informante no es claramente legible pero consta en el relato que en el año de la Encuesta, 1921, era Secretario de la Escuela de Artes y Oficios de la Ciudad de Victoria.

Nota
La cueva se encuentra hoy dentro de la estancia “Los Manantiales”. Tiene 400 metros de extensión con galerías y ramificaciones.
Para llegar hasta las Cuevas de Sarasola, se debe partir desde la ciudad de Sarmiento, en dirección oeste por camino asfaltado, recorriendo 45 kilómetros hasta llegar al predio de la estancia. A partir de aquí, el trayecto debe continuarse unos 1500 metros caminando, atravesando un valle y un cañadón con manantiales, y ascendiendo finalmente por una ladera que dará con la boca del túnel.

Cómo
Desde Rawson por la RN3 hasta Comodoro Rivadavia. Desde ahí por la RN26 hasta Sarmiento. O sigue por la RN26 hacia Río Mayo y a la altura del Cañadón del Carril sale un camino hacia el N que lleva a La Confluencia.


Leyendas vinculadas
Meseta Somuncura

Referencias mitológicas
Ellengassen

Bibliografía
- Casamiquela, Rodolfo / En pos del gualicho. EUDEBA-FER. Bs. As. (1988).
- Moreno, Fracisco P. / Viaje a la Patagonia septentrional. Anales de la Soc.Científica Argentina. Imp.Coni. Bs As. (1876)

Las colinas de Dios


Páz Soldán, M. F. - Detalle - (1888).


Provincia de Santa Cruz
 
Volcán Pajel Kaike [Pájil Káike] / Cerro Ashpech [Áshpesh]



Leyenda

En épocas muy remotas los únicos habitantes de la Patagonia eran los tachul, seres enanos. Pero un día la tierra comenzó a moverse, el suelo se agrietó, sordos truenos retumbaron en el espacio y de las profundidades surgieron nuevas montañas. La raza de los tachul se extinguió totalmente, y quedó sepultada en las cercanías del cerro Ashpech.

Tanto tronar y sacudir despertó al dios Seecho que había estado dormido toda una eternidad en el cráter del volcán de Pajel Kaike. Esperó a que todo estuviera tranquilo y cuando se asomó vio una enorme extensión de tierra cubierta de piedras sin ningún signo de vida. Fue entonces que pensó en crear una nueva estirpe de seres, los Aonikenk, hombres tan fuertes y aguerridos que pudieran sobrevivir en aquellas soledades.

Por el término de muchas lunas, Seecho trabajó pacientemente en la penumbra del cráter y decidió crear primero a todas las especies de animales que hoy pueblan la tierra. Cuando dio por terminada esta parte de su obra, los acompañó hasta que salieron a la luz y dejó que se alejaran por el camino que más les gustara.

Estaba por volver otra vez a las profundidades para comenzar con la tarea más difícil: crear al hombre, cuando se dio cuenta que los nuevos hombres que había imaginado necesitarían para sobrevivir algo más que fuerza; entonces tendió sus manos hacia uno y otro lado, cubrió de nieve las cumbres de las montañas, hizo surgir manantiales y lagos, creó bosques en las laderas de los cerros, extensos valles y mesetas.

Entonces sí volvió a su trabajo y una hermosa mañana cuando el sol calentaba la tierra, creó al cacique Kelchan, primer hombre de la nueva estirpe. Atado de una gruesa soga lo bajó con mucho cuidado por la ladera del volcán hasta depositarlo sobre la tierra. Ahí desató sus ligaduras y lo dejó solo.

El hombre abrió los ojos y regocijó su vista con los colores del cielo y de la tierra. Después movió sus piernas y caminando recorrió las cercanías del volcán. Al rato encontró un manantial y un poco más alejado descubrió algunas cuevas en las que se cobijó del frío de la noche. Pasó el tiempo y aprendió a cazar guanacos, comió la carne y con la piel cubrió su cuerpo desnudo.

Seecho contemplaba a Kelchan y lo dejaba hacer pero pronto se dio cuenta que no podía seguir viviendo tan solo; entonces creó una mujer para que le hiciera compañía.

Tiempo después salieron del cráter otros hombres y mujeres que también eligieron libremente el camino a seguir. Unos se internaron en los bosques, otros dirigieron sus pasos a las montañas o hacia las desiertas mesetas.

Y este fue el origen de los Aonikenk, hombres del sur
.”


Donde

Lago Buenos Aires.

Desde Río Gallegos por la RN40 hasta Perito Moreno [Pari aike]. Luego por la RP43 hacia Los Antiguos [I-Keu-khon / I-Keu-kenk]. En zona.


Nota

El origen de los Aonikenk – hombres del sur - o Tehuelche septentrional es anterior a la saga de Elal y, según la leyenda, sucede luego que un enorme cataclismo terminara con la raza de los enanos o Tachul. El Gran Espíritu da forma a los animales y crea también los ríos y los lagos patagónicos. Luego vendrá el hombre que sale de las entrañas del volcán Pajel Kaike.

Si bien las referencias son obviamente imprecisas ya que no figuran como tal ni en los mapas antiguos o modernos, como tampoco los nombres aparecen en la topónimia aonikenk.
Los tehuelche eran nómades y tenían un enorme circuito que repetían invariablemente y en los cuales figuraban parajes fijos que tenían su importancia en función de las posibilidades de obtener animales de caza, la existencia de agua, reparo, etc, y Kaike es la voz tehuelche para esos parajes o lugares.

La primera referencia aparece en el libro de G.Musters, Vida entre los patagones, en el cual relata la travesía que realiza entre 1869 y 1870 por las desoladas planicies patagónicas junto al cacique Casimiro. En la página 207 escribe lo siguiente:

“(...) Los indios llamaban á esa altura:“la colina de Dios”, y la tradición, según me lo comunicó Casimiro, cuenta que desde este sitio el Gran Espíritu dispersó a los animales que había creado en las cavernas. (...).”

Por lo tanto una segunda referencia posible es buscar: “Colina de Dios”.

Prosiguiendo la búsqueda a través de referencias que aporta R. Casamiquela sobre los Tachul y las canteras de piedra donde, también según leyendas, fabricaban sus bolas de piedra, no puedo localizar el paraje del volcán Pajel ni el cerro Ashpech.
Buscando datos sobre el meteorito Kaperr encuentro en el libro de F. Escalada, El complejo tehuelche, una cita que señala que, en el mapa de M. F. Paz Soldán (1880) este sitio figura como “Cos.de Dios” (Colinas de Dios) tomando el nombre del relato que recoge Munsters y la sitúa al sur del lago Bueno Aires.

El cerro “Áshpesh” ha de ser un volcán extinguido (...) por sucesivos derrumbes consecutivos a la acción de las lluvias y las nevadas, ha ido borrando sus cráteres, de mayor o menor tamaño, unidos por profundas grietas que hienden la roca.

Doña Agustina dice que actualmente la “cueva” ha sido tapada por el viento (médanos de arena, quizá) o por la influencia del agua, y que ahora queda solamente “como un rodeo” (como un corral de piedras, ha de querer decir). Su madre la vio, y añade que su abuelo, en audaz empresa, bajó a ella atado por un lazo. Según informe de este, dentro había un manantial y leña
.”



Leyendas vinculadas

Meteorito Kaperr.
Saga de Elal

Referencias mitológicas

Seecho


Bibliografía

- Casamiquela, Rodolfo / En pos del gualicho. EUDEBA-FER. Bs. As. (1988).
- Escalada, Federico. / El Complejo Tehuelche. Ed.Coni Hnos. Bs. As. (1949).
- Musters, Guillermo / Vida entre los patagones. Imprenta Coni Hnos. Bs. As. (1911).
- Páz Soldán, Mariano Felipe / Atlas geográfico de la República Argentina. Ed.Felix Lajouane. Bs. As. (1888).

Clasificación de las leyendas

Clasificación de la leyenda

Las leyendas se pueden agrupar según las siguientes características:

a) Leyendas relacionadas con el ambiente natural (flora y fauna).
b) Leyendas relacionadas con sucesos históricos (hechos, lugares o personajes).
c) Leyendas relacionadas con la religión o cultos.
d) Leyendas relacionadas con sitios geográficos.
e) Leyendas relacionadas con seres sobrenaturales.

Con respecto a las fuentes de los relatos se pueden dividir en:

a) Leyendas que provienen de los pueblos originales.
b) Leyendas posteriores a la conquista.
c) Leyendas contemporáneas.

En cuanto a este trabajo interesan aquellas leyendas que narren acontecimientos que permitan una localización espacial factible de ser ubicada.

Una subcategorización incluye a lo que se conoce con el nombre de sucedidos y que se tratan de acontecimientos temporarios, localizados en alguna zona determinada y generalmente relacionados con seres sobrenaturales (propios del folklore local o de las mitología) o manifestaciones (aparecidos, luces, etc).

En cuanto a la leyenda geográfica se pueden clasificar de acuerdo al accidente del cual se hable (cerros, lagunas, etc.) pero no deja de ser arbitrario. También incluimos dentro de este tipo aquellas leyendas históricas que preponderan el espacio físico sobre que las circunstancias (leyendas sobre tesoros escondidos).

La particularidad de la leyenda geográfica es que por ser factible de localización – no siempre – y de tener la posibilidad del entrecruzamiento de datos geográficos, históricos, étnicos, antropológicos, etc. la hace sumamente rica en cuanto a la amplitud de miradas que permite.

En viaje


Leyendas y lugares 

 De Moussy, V. M. (1867) - Detalle Villa Fabulosa de los Césares.

 Hace un tiempo, que hoy no puedo precisar, comencé un viaje a través de las leyendas.

 Provisto de algunos relatos intenté seguir las voces antiguas hasta llegar a los sitios desde donde había nacido la palabra que le dió orígen.
 El lugar es el mismo, el que cruzamos a diario o alguna vez visitamos con ojos de turista aunque ésta vez sabemos que está atravesado por otra historia secreta.

Allí mismo, otra voz antigua, me invitó a seguir. Y seguí. Y sigo. De una a otra. Sin buscar nada. Sin querer llegar a ninguna parte como destino. Y quizá esa sea mi leyenda, andar.”

Con el fin de no quedar errando por caminos fantásticos en laberíntos de historias me propuse ir trazando un mapa, una cartografía en la que figuraran todos los espacios que otra historia para contar. Una trama de voces que me empujaron a entrar cada vez más en una tierra incógnita, en un territorio inexplorado en el que se resiste el misterio. 

Muchos de éstos sitios no figuran en los caminos trazados en los mapas. Otros pertenecen a dueños de la tierra o están cubiertos por sembradíos. A otros es preciso buscarlos entre montañas o bajo las aguas.   

La leyenda siempre tiene algo que contar, algo que permanece agazapado detrás de las palabras. No me refiero solo a las leyendas aborígenes sino también a aquellas que nos llegaron desde el otro lado del mar y encontraron réplicas en estas tierras.

El objetivo de este espacio es no solo dar a conocer leyendas que se cuentan o contaban en cada lugar, sino proporcionar al viajero una referencia con otras motivaciones para desviarse un poco y animarse a descubrir.

 La leyenda geográfica es aquella que tiene un vínculo permanente con un espacio determinado o con multiples espacios vilculados entre sí por el relato. 


 En lo personal, las leyendas que se irán agregando a este blog están vinculadas a un trabajo de investigación y que intenta, por un lado hacer una compilación lo más completa posible en cuanto a leyenda geográfica y por el otro, corroborar la permanencia de estas leyendas en los habitantes de las zonas de referencia.
 En ningún momento busco refutar ni intentar dar ninguna explicación científica a las leyendas recogidas, siguen perteneciendo a una zona de la realidad que prefiero disfrutar así como está. Mi intento es ir, ver, escuchar y esperar en silencio.


Gastón Martelli


Referencia

De Moussy, Victor Martín / Carte de la Cofederatión Argentine. Paris. (1867)